Blog de Superviviente: Lorena Estrada

 

HISTORIA DE SOBREVIVIENTE: LORENA ESTRADA COMPARTE CÓMO LA PERSEVERANCIA LE SALVÓ LA VIDA

Lorena Estrada salvó su vida gracias a la intuición. Aunque algunos médicos  le dijeron que no tenía por qué preocuparse, ella conocía su cuerpo y sabía que algo no andaba bien. Así que no dudó en buscar otras opiniones ni en hacerse todas las pruebas necesarias hasta saber con seguridad lo que estaba pasando.

La fortaleza, la valentía y la perseverancia de Lorena son únicas, por eso nos enorgullece poder compartir con ustedes una parte de su historia.

¡Si quieres saber más sobre Lorena, sigue leyendo!

1.) Si fueras una animal, ¿cuál serías? 
Sería un ave fénix porque logré resurgir de las cenizas.

2.) ¿Cuándo te diagnosticaron y qué edad tenías? 
Me diagnosticaron el 15 de agosto de 2019 a los 24 años.

3.) ¿Cómo descubriste que tenías cáncer de mama?
Lo descubrí cuando cumplí 22 años. Sentí una bolita y calambres extraños en mi seno izquierdo. Mi abuela materna falleció de cáncer de mama por lo que me asusté y busqué ayuda. En primera instancia acudí a la clínica de la mama del INCAN, pero me dijeron que era una bolita de grasa y era normal porque no tenía ni un año que había dejado de amamantar y no podía tener cáncer a tan temprana edad, pero no me quede con esa opinión porque algo dentro de mí me decía que estaba mal. Después acudí al IMSS donde me refirieron al hospital de Gineco Obstetricia, sin embargo, la cita me la dieron 6 meses después, pero yo sabía que no podía esperar más. 

Afortunadamente, mi mejor amiga estaba en el internado en el Hospital General de México y me dijo que ahí podían atenderme. Me hicieron estudios y en ese momento descartaron un cáncer porque no había salido nada sospechoso en el ultrasonido, me solicitaron continuara haciendo estudios cada 6 meses y autoexplorarme cada mes minuciosamente por el antecedente que tenía. Para enero del 2019 los estudios salieron normales, los calambres seguían pasando y mi bolita seguía teniendo el mismo tamaño. 

Para mayo del 2019, los calambres eran más frecuentes e intensos. Además, de la nada creció un bulto de aproximadamente 5x 3 cm en la parte baja de mi seno. Me sentí muy muy asustada por las experiencias previas y porque mi mejor amiga ya no estaba en Hospital General. Acudí con mi ginecólogo particular y me mandó a realizar estudios, pero fue muy difícil encontrar una clínica donde realizaran un ultrasonido Doppler de mama.

El 5 de julio me realizan el estudio y al momento de ver la cara del médico que lo realizó, supe que tenía cáncer. Los resultados arrojaron: categoría BI-RADS 4C (alta sospecha de malignidad), pero tenia que ser confirmado con una mastografía y una biopsia. Ya con los resultados de este estudio acudí a la clínica de la mama en el ISSSTE. Durante la consulta revisaron mis estudios, me hicieron un chequeo y la respuesta del medico me dejó helada: “No es nada, es un fibroadenoma benigno, pero ya está grande, puedo sacártelo en el consultorio con anestesia local y para que estes más tranquila lo mandamos a patología, por lo que tienes que hacer los tramites y programar el procedimiento”. A la fecha, sigo sin entender cómo hay médicos que aseguran que el cáncer de mama sólo le da a mujeres mayores de 40 años.

Gracias a todas esas malas experiencias llegué a FUCAM. En un grito de desesperación y miedo de que el cáncer avanzara más, un 1° de agosto llegué con la esperanza de ser atendida. Para mi sorpresa, ese mismo día me hicieron un estudio socioeconómico y me dijeron que podía pasar a consulta en seguida. Esperé a pasar. Durante la primera consulta, la doctora fue muy amable y me dijo que debía pasar a biopsia. Pensé que me iban a programar, pero pasé a consulta externa con la Dra. Janisse Kershenovich, la cual volvió a hacerme preguntas sobre mis antecedentes y me revisó. Recuerdo que me dijo: “Pase de aquel lado, quítese la ropa de la cintura para arriba y recuéstese”. No sentí dolor durante el procedimiento. Cuando terminó y me dio indicaciones, me dijo que en 10 días hábiles estarían mis resultados y que debía ir acompañada de un familiar.

Los 15 días que pasaron hasta entonces fueron de incertidumbre, pero me mantuve positiva. El 15 de agosto regresé con mi mamá y la Dra. Kershenovich me confirmó lo que ya sabía: tenía un carcinoma ductal in-situ y debían hacerme més estudios para saber el tipo y la etapa en la que se encontraba. Ahí inició mi lucha con esta enfermedad, pero no olvidaré la paz y tranquilidad que me dio la doctora en ese momento, sabía que estaba en el lugar correcto y con las personas adecuadas que me ayudarían a vencer al cáncer.

4.) ¿Quién fue la primera persona a la que le contaste sobre tu enfermedad?
La primera persona que supo fue mi mamá. Ella acudió a la cita del resultado conmigo. Después le llame a mi papá.

5.) Cuéntanos algo sobre ti que probablemente la gente no sepa. 
Sufrí anorexia a los 10 años, duré más de 5 años obsesionada con mi peso. Hasta que un día terminé en el hospital por lo mismo.

6.) Después de terminar tu tratamiento, ¿a qué buscas dedicarle más tiempo?
Quiero disfrutar mi vida, disfrutar a mi hija, y concientizar a jóvenes sobre la detección temprana del cáncer de mama.

7.) ¿Qué consejo le darías a alguien que acaba de ser diagnosticada?
Le diría que está bien enojarse, llorar y deprimirse, pero que no se puede estar así siempre: el tratamiento es 80% actitud y 20% el medicamento.

8.) ¿Qué consejo le darías hoy a tu yo de 16 años? 
A mis 16 años pensaba que jugar futbol y salir con mis amigas era lo más importante. Ahora disfruto cada instante como abrazar a mi hija, continuar con la universidad, cuidar mi cuerpo y dedicarme tiempo a mí y a mi salud mental, pues son indispensables para estar plena.

9.) ¿Cuál ha sido el mayor reto al que te has enfrentado?
Vivir mi vida después del cáncer. Cuando uno inicia el tratamiento tiene la ingenua idea de que la vida será como antes. Por supuesto que no pasa eso, pues tu cuerpo, tu mente, y tu capacidad son diferentes: te cansas más, olvidas muchas cosas, eres descoordinada, y las personas dudan de tus capacidades. Además, toda tu vida continuarás en vigilancia y con el miedo de que el cáncer regrese o crezca uno nuevo. 

En mi caso, algo más en lo que que me ha afectado el cáncer es en que no podré tener más hijos porque parte del tratamiento para evitar que regrese fue una ooforectomía bilateral. Sin contar los efectos secundarios del medicamento, el tener osteoporosis, el dolor de cabeza constante, y el dolor de huesos.

10.) ¿Cuándo te ríes más?
No suelo reír mucho, pero disfruto cada momento. Me río en una buena platica con mis amigos o con mi familia, y también viendo películas entretenidas o stand up.

11.) Si pudieras retroceder el tiempo a un momento en particular, ¿cuál sería? 
2017, cuando vi por última vez a mi abuelito, era mi persona favorita, la que siempre me apoyó en todo momento, la que siempre me sacaba una sonrisa, la que apoyaba a quien más lo necesitara, quien siempre tenía las palabras correctas cuando algún consejo le pedias, el más sabio. El abuelo más amoroso que la vida puedo prestarme.

Si pudieras viajar en el tiempo, ¿a dónde irías y por qué? 
2017, cuando vi a mi abuelito por última vez, lo abrazaría muchísimo, lo extraño mucho.